miércoles, 19 de junio de 2013

Mi credo... un ejercicio de confesión

Sé que en cuatro semanas es difícil que una generación de alumnos que no ha recibido adecuado entrenamiento en la escritura académica elabore un artículo de cierta calidad. Además, el ritmo del curso ha sido trepidante. En muy poco tiempo los alumnos han manejado fuentes de información académica que no conocían, han elaborado un blog, han hecho entrevistas, han leído textos literarios (Borges, Galeano), han mejorado su capacidad argumentativa (falacias, evaluación de la calidad de la fuente de información), han experimentado técnicas de lectura especializadas, han hecho mapas conceptuales y líneas de tiempo... en fin. No se me ocurre cómo aprender cosas más útiles para su futuro académico en menos tiempo. Si alguien sabe la receta, me la pasa, por fa.
 
Y siento que los alumnos están contentos (por fin una materia de español de ritmo rápido!! Y con tecnología! Y un profesor que ama lo que hace!!). Pero la presión calificatoria está causando estragos. Hoy sus caras revelaban angustia. Y ese estrés puede condicionar mucho el nivel de satisfacción con el que salgan de la materia. Por cosas como ésa se ha marchitado muchas veces las ganas de seguir aprendiendo.
 
No puedo hacer mucho (creo) para reducir ese estrés. El sistema es el que es, con calificacioncitas incluidas. Pero sí puedo mandarles un mensaje de tranquilidad. Ése es el objetivo de esta entrada.
 
No es esperable que los alumnos alcancen "productos" ejemplares al final del curso. Ni sus exposiciones ni sus artículos probablemente serán comunicaciones memorables. No. A pesar de todas las aparicencias (corte de cabello incluido) soy una persona práctica. Soy, en gran parte, un científico. Y los académicos estamos entrenados en el ejercicio constante de la sensatez. Es nuestro músculo intelectual. Nuestra bandera.
 
No. No es el producto, el resultado, lo que me interesa. Relájense. Lo que me importa es ver el progreso. Ver que, aunque la meta está lejos, aprendieron cosas, dieron pasos hacia adelante. Ver, por ejemplo, que sus fuentes son mejores que las de antaño (que citan estudios, artículos académicos, teorías, modelos). O que en la exposición eligieron una información más especializada y menos chorera y se esforzaron por enganchar al público. O que en su redacción comienza a asomarse una interpretación crítica del conocimiento, no un chorizo explicativo. Que se vuelven más autodidactas, más creativos. En fin, como diría el cura de mi pueblo "que están en el buen camino".
 
Esos mismos criterios son los que he seguido para calificar los parciales anteriores. Y no les ha ido nada mal, en términos promediales. Me atrevo a afirmar que en pocas materias el promedio calificatorio de un curso de verano con un profesor exigente sea tan alto. Quien tenga constancia de lo contrario, que presente la evidencia.
 
Pero no. Algunos alumnos (bastantes? una minoría?) no lo ven. Presuponen que una materia como español tiene la obligación de acolchonar su promedio. Muchos protestan airadamente si su calificación es inferior al 9.5 (literal!!!). Otros se presionan y consideran un fracaso rotundo aprobar una materia como ésta con una calificación de 8.5. En fin... esa mentalidad, entre otras muchas razones, es la que explica el fracaso sistemático de la educación mexicana en habilidades académicas tan decisivas como el pensamiento crítico, la comprensión lectora o la redacción formal. Y ya va más de una década desde que el problema fue advertido por agencias internacionales como la UNESCO y exámenes mundiales como el de PISA.
 
Porque lo que tienen que entender los alumnos es que la calificación que obtengan en esta materia no es un indicador valioso de nada. Sólo es un trámite burocrático. Sí, hay becas que dependen de esos numeritos, pero concederles todo el poder es aceptar de buen grado ser esclavo de ese sistema. Lo realmente valioso es que les caiga el veinte del poder que representa para su futuro académico (y profesional? y vital?) mejorar su capacidad para investigar, pensar, argumentar, leer y escribir textos especializados. Y este curso sólo pretende sembrar actitudes, ofrecer herramientas, mostrar estrategias de aprendizaje, inspirar experiencias de superación. Eso es todo. No más, no menos.
 
Yo seguiré evaluando al alza, con números relativamente altos que sé que no reflejan la calidad de las producciones sino la evidencia del crecimiento.Y seguiré exigiendo, con toda la fuerza de la que soy capaz, para elevar un nivel que lleva años estancado por culpa de todos, instituciones, programas, profesores y alumnos. Y rezaré para que lso alumnos se liberen del estrés connatural a cualquier proceso evaluado y se concentren en disfrutar, experimentar, crecer, sentir su evolución.
 
En fin. Ése es mi credo.... ¿cuál es el suyo? Soy todo oídos (ojos, más bien, já!)

1 comentario:

  1. Yo ya me hice bolas con la delimitación del tema :(, no encuentro información tan específica para poder debatir porque no encuentro modelos a favor y en contra, había hablado de temas un poco mas generales relacionados con la biomímesis, pero se me dificulta delimitarlo todavía más... además el tiempo está algo justo, y tengo la duda de si la información del último artículo del blog servirá para el que se tiene que entregar el viernes, porque si tiene que ser más específico entonces no creo que sirva mucho lo que había puesto, o no sé qué onda ya jaja, me confundí

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