domingo, 2 de junio de 2013

Primer parcial: la búsqueda de un amor de verano

Históricamente muchos alumnos han cometido un error garrafal en mi materia: elegir mal el tema. Entre otros criterios que los han llevado al naufragio están los siguientes: a) un tema del pasado, del que ya han escrito un ensayo (y así se refritea en una nueva versión), b) el primer tema que les parece interesante (pá qué seguirle buscando), c) un tema que escucharon de un profe de su carrera (así le jugamos a lo segurito), entre otros errores comunes. 

Imaginemos que en lugar de un tema de investigación, se tratara de buscar pareja. Los anteriores criterios nos llevarían a elegir: a) una pareja anterior (segundas partes no suelen ser buenas); b) el primero o primera que pase (¿tan urgido andas?), c) alguien que mis padres me recomiendan (y que termina gustándoles más a ellos que a ti).

Así que la búsqueda del tema es uno de los grandes desafíos de la materia. Por ello, en lugar de elegir un tema a lo loco y pasar el resto del curso lamentando la decisión, mejor dedicamos el primer parcial a esa búsqueda. Y vamos a ir a diferentes "lugares" para encontrarlo. El lunes, a la biblioteca, el martes, a la internet educativa de acceso abierto, el miércoles, con un experto en ese área y el jueves a las bibliotecas académicas especializadas (privadas)

Es como si para buscar pareja fuéramos a un antro, a una universidad, a una web de contactos y a un comité de amigos. O sea, a lugares muy diferentes, con tipos de información y perspectivas diferentes. Se trata de que después de cruzar toda esa información por fin podamos tomar una decisión más consciente, sensata y motivante. Si después de esta semana no han encontrado ningún tema que realmente les apasione pueden, tranquilamente, dar de baja la materia. Y repensar si la carrera que eligieron es la que en verdad les interesa (upps!).

La hermosa biblioteca de la UDLAP


Bueno, tampoco seamos tan dramáticos. Hay amores que surgen a primera vista y otros cuyo cariño nace del roce y del tiempo. Y, además, es un amor de verano, no de un matrimonio. Se trata, por tanto, de que prueben con un tema y que aprendan cómo profundizar en él no con la intención de que se vuelvan expertos mundiales en la materia pero sí que, al menos, aprendan cómo volverse más expertos en cualquier tema que en el futuro les atraiga. La práctica, dicen, hace al maestro. O dicho de forma más romántica: a besar se aprende besando. 


2 comentarios:

  1. Me gustó mucho su analogía profe :)

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  2. Las analogías no sólo sirven para explicar algo en virtud de su parecido con el elemento análogo sino que traen sobre lo primero las sensaciones asociadas a lo segundo, es decir, producen una especie de contagio.

    Por ejemplo, cuando Cortés describe Tenochtitlán al rey Carlos V, compara la capital azteca con Venecia. La analogía no sólo alude al hecho de ser ciudades sobre el agua, sino que la palabra Venecia nos lleva a imaginar una ciudad lujosa, de arquitectura sofisticada, artística, prestigiosa. Con eso Cortés le da en la torre a los prejuicio europeos sobre la cultura "salvaje" de los pueblos mesoamericanos.

    Ustedes en sus blogs deberán comunicar conocimientos técnicos, especializados. Y encontrarán en las analogías una estrategia muy útil.

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